7/7/07

Roc

Este tipo es muy especial. Es un nuestro bulldog francés y lo conozco desde que tenía algunos meses de vida, y aunque la convivencia con él a veces es algo difícil (ronca como los dioses y aún no conocemos muy bien el horario de sus esfínteres, aunque me atravería decir que no los tiene y que responde al llamado de la naturaleza simplemente cuando le viene) debo confesar que es un compañero de piso ideal (no hace ningún ruido, salvo cuando ronca, y como no tiene cola siempre nos recibe ondulando su cuerpo de una manera muy simpatica.). Cariñoso como él sólo, adivina de una manera especial cuándo es el mejor momento para recostarse en mis pies, como ahora, por ejemplo. Es que le gusta estar en contacto con las personas y no le basta con sentarse a un lado o en su cama, le gusta sentarse en mis pies. Imagino que así se siente más acompañado y no puedo negar que mientras trabajo frente al computador, mis pies descalzos logran sentir un calor especial y una gratificante sensación de tranquilidad. Me recuerda mucho a Bunker, el gran danés (dogo alemán) que tuve en Chile. Bunker también era negro con ua cruz blanca en el pecho y tampoco podía estar cerca de las personas sin estar en contacto. Aunque en ese caso, aguantar 50 kilos de peso sobre los pies no era muy fácil.

Bueno, para Roc las orejas también son una de sus debilidades. Si logramos encontrarle una novia y planificamos bien los tiempos, tal vez me lleve algo de su descendencia a Chile.

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